La Bomba de Calor fue teorizada por Lord Kelvin y, posteriormente, desarrollada por Peter Rittinger.
El británico William Thomson (también conocido como Lord Kelvin) descubrió en 1852 que el calor puede pasar de un foco frío a uno caliente. Para poner a prueba esta hipótesis, creó un circuito hermético frigorífico basado en tres principios, cuyo objetivo era conseguir un ambiente confortable.
- El calor se transmite de una temperatura más alta a una más baja. Por ejemplo, como cuando enfriamos un café introduciendo una cuchara de metal en la taza y ésta absorbe el calor.

- El cambio de estado del líquido a gas absorbe calor. Por ejemplo, si humedecemos la mano en alcohol, sentimos frío en el momento en que éste se evapora, puesto que absorbe el calor de nuestra mano.

- La presión y la temperatura están directamente relacionadas. En un recipiente cerrado, como una olla, necesitamos proporcionar menor cantidad de calor, para llegar a la misma temperatura que en uno abierto.

El nacimiento de la Bomba de Calor
En base a estos pilares Peter Rittinger, nacido en la República Checa, fue quien en el año 1856 aplicó esta hipótesis inventando de este modo la Bomba de Calor.
Los motivos que llevaron a este ingeniero de minas a desarrollar la bomba de calor fueron el medio ambiente y el ahorro económico. La idea surgió mientras realizaba experimentos sobre el uso del calor latente del vapor de agua para la evaporación de salmuera.
Retrato de Peter Rittinger
Como resultado, la bomba de calor se empezó a utilizar en Austria para secar la sal en las marismas. Posteriormente, en 1857 logró demostrar que con la instalación de la bomba de calor en todas las salinas de Austria sería posible ahorrar hasta 293.000 m3 de leña.
La climatización, idea de los egipcios
La preocupación por la climatización se remonta a la época de los egipcios que, según cuentan, para combatir las altas temperaturas del desierto, por la noche los esclavos desmantelaban las paredes de los templos piramidales, trasladando las piedras al desierto del Sahara.

Debido a que por la noche las temperaturas en el desierto descienden, las piedras se enfriaban notablemente y para que el faraón no pasara frío, antes de que amaneciera las retiraban y las volvían a colocar en su sitio.
De una simple idea a una teoría
Aunque los egipcios ya habían pensando como ingeniárselas en el campo de la climatización, no fue hasta el año 1902 cuando se sentaron definitivamente las bases de la refrigeración. El responsable de teorizarlas fue William Haviland Carrier, quien un día de niebla de ese mismo año, en el andén de la estación de tren de Pittsburgh (Pensilvania, EEUU), discurrió el inicio de la teoría que lo llevaría a ser considerado como el «padre del aire acondicionado moderno».

Su idea original no fue la de refrescar la temperatura si no la de regular la humedad en una planta de impresión, lo que llevo a mejorar el confort de los trabajadores. Pero tuvieron que pasar muchos años hasta que allá por 1930 se empezara a introducir los equipos de aire acondicionado en las oficinas y las viviendas.