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La bomba de calor toma la energía procedente de fuentes renovables, es decir, del entorno natural como el aire (calentado por el sol), el agua o la tierra, y la transporta al interior del edificio para cubrir las necesidades térmicas.

Porque transporta calor desde el ambiente exterior (por frío que éste sea) al interior de la vivienda o local a calefactar. Su rendimiento se determina mediante factores (también denominados ratios) que comparan cuánto calor se transporta y cuánta energía eléctrica es preciso consumir para realizar dicho transporte. De igual forma, en el caso de equipos reversibles, no sólo calienta, sino que también puede enfriar, transportando el calor en sentido inverso, desde el local al exterior, en cuyo caso refrigera el local. La bomba de calor transporta mucho más calor que la energía que consume, entre 3 y 5 veces más.

No. Hay numerosos tipos, para adaptarse a cualquier necesidad y cualquier condicionante de instalación. Se pueden clasificar de diferentes modos.

En función del medio del que captan el calor:

• Geotérmicas: captan el calor del terreno.
• Hidrotérmicas: captan el calor de un río o agua subterránea.
• Aerotérmicas: captan el calor del aire exterior.

En función del fluido que transporta el calor:

• Sistemas de Expansión Directa: se calefacta o enfría directamente el aire en el equipo.
• Sistemas Hidrónicos: cuando se genera agua caliente o agua fría para climatización.

En función del fluido exterior- fluido interior con el que trabajan:

• Unidades aire-aire.
• Unidades aire-agua.
• Unidades agua-aire.
• Unidades agua-agua.

Una bomba de calor es capaz de proporcionar calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria, calentamiento de piscinas, procesos de recuperación de energía, entre otros, por lo que se puede hacer uso de ella durante todo el año.

Los fabricantes diseñan las bombas de calor aerotérmicas de nueva generación para trabajar con temperaturas ambiente exteriores muy bajas, de hasta -20°C, aunque estas temperaturas no se dan en la mayoría de las poblaciones de España.

La selección del equipo adecuado debe realizarse caso por caso por personal cualificado, y tener en cuenta no sólo la temperatura exterior, sino todas las circunstancias de la instalación particular, de manera que se evite instalar bombas de calor sobredimensionadas, y considerando distintas posibilidades, como combinar la bomba de calor con otro sistema auxiliar. Esto es una buena práctica, si se tiene en cuenta que, en general, con el 50% de potencia de las bombas de calor se cubren el 80% de las horas de calefacción que se necesitan al año. Un sistema auxiliar también permite disponer de ACS en caso de avería.

Los avances de la tecnología permiten que las bombas de calor actuales puedan trabajar perfectamente con radiadores, bien de baja temperatura, que precisan que el agua del circuito esté alrededor de 35°C, bien tradicionales, que requieren temperaturas de trabajo más elevadas, de 55°C a 80°C, incluso cuando las temperatura exteriores son extremadamente bajas.

Sin embargo, para la correcta eficiencia del sistema (y el consecuente ahorro económico) es necesario tener en cuenta que una bomba de calor que utiliza  emisores de agua debe funcionar como un sistema de calefacción continuo (durante las 24 horas del día) y siempre en un modo de trabajo que se  ajuste constantemente según la temperatura exterior y/o a la temperatura interior Este correcto ajuste de la temperatura, realizado por el profesional cualificado durante la puesta en marcha, es clave para obtener el ahorro económico esperado, puesto que a menor temperatura de impulsión, mayor es el rendimiento de la bomba de calor. Es importante recordar que durante el 80% de las horas anuales de calefacción en España, las temperaturas de impulsión requeridas son inferiores a los 55ºC.

Debido a que la bomba de calor trabajará con un salto térmico menor que una caldera, será necesario evaluar las tuberías instaladas, así como los emisores, por lo que será preciso un asesoramiento profesional que evalúe la situación.

Cada estancia puede tener su propio control independiente, y la bomba de calor actuará en función de la demanda del sistema, acorde a las necesidades de los usuarios.

El uso de la bomba de calor (especialmente de las bombas de calor aire-agua o agua-agua) se basa en el funcionamiento continuo durante la temporada de calefacción, y en la modulación de su temperatura de impulsión según la temperatura exterior, o según la temperatura interior. Este uso, junto con una elección de fabricantes de calidad, una instalación profesional y una programación horaria que haga uso de las tarifas más ventajosas, son las bases del ahorro.

El silencio es un factor imprescindible para poder disfrutar de una calidad de aire interior en los espacios ocupados, tanto de día, como de noche. Los fabricantes lo saben y fabrican bombas de calor silenciosas (de muy baja potencia sonora).

No obstante, es necesario distinguir entre potencia sonora y presión sonora, donde potencia sonora hace referencia a la potencia de la fuente del ruido y presión sonora  se refiere a cómo esa fuente sonora es percibida por el ser humano.

Como ejemplo gráfico, un mosquito tiene una potencia sonora muy inferior a la de un avión, y sin embargo si revolotea a corta distancia del oído, la presión sonora que ejerce sobre nuestro sistema auditivo superaría la de un Airbus 380.  

Dicho de otro modo, el emplazamiento elegido para la bomba de calor, la geometría del espacio que ocupa, la distancia al receptor, etc., son elementos cruciales que deben tenerse en cuenta a la hora de la instalación de cualquier bomba de calor para conseguir el objetivo buscado, el silencio. 

Cada fabricante ofrece diferentes opciones de control remoto, que permiten controlarla y monitorizarla con diferentes protocolos estándar del mercado.

La tecnología inverter permite que el equipo se adapte a las necesidades de climatización del ambiente en cada momento, regulando la frecuencia de rotación de los compresores y ventiladores para suministrar solo la potencia requerida en cada momento y, consecuentemente, alcanzar la temperatura deseada. De este modo, obtendrá un mayor rendimiento, consumiendo únicamente la energía que el equipo demanda a cada instante para mantener el confort en la estancia.

Aproximadamente, pasar de una clase a otra superior supone de media un incremento del 15% en la eficiencia del equipo, es decir, el consumo eléctrico derivado de la bomba de calor se reduciría en el mismo porcentaje.

Es necesario un asesoramiento profesional, siempre, por lo que deben ponerse en contacto con un instalador habilitado, que realice una primera visita a la vivienda. De este modo podrá dimensionar adecuadamente el equipo teniendo en cuenta las necesidades de la misma. Es muy importante considerar factores como la orientación, la superficie de las ventanas, número de personas, emplazamiento disponible, potencia eléctrica, emisores, etc. Nunca está de más recordar que un equipo mal dimensionado (por defecto o por exceso) o de una calidad y prestaciones no contrastadas, repercutirá en un mayor consumo al usuario, una falta de confort, etc. Algo fácilmente evitable con un buen asesoramiento previo y sin prisas. 

Los sistemas bomba de calor pueden en general adaptarse a cada tipo de edificio. Se debe comprobar la distancia entre la unidad exterior y las unidades interiores, para que no estén por encima de los límites máximos (bombas de calor de expansión directa), o para determinar las características requeridas por la bomba de circulación de agua que sería necesaria para alcanzar las distancias existentes (sistemas hidrónicos). Debe, no obstante, existir siempre un asesoramiento profesional.

Los sistemas de bombas de calor residenciales requieren un mantenimiento mínimo y sencillo de llevar a cabo, al incorporar circuitos de refrigerante completamente cerrados. No existe NUNCA la necesidad de rellenar un circuito de gas refrigerante como medida de mantenimiento, puesto que son circuitos estancos. En las unidades interiores será necesaria al menos una limpieza de filtros mensual, que puede ser realizada por el usuario final, ya que normalmente es sencillo extraer el filtro y aspirarlo o limpiarlo con agua. En los sistemas hidrónicos y de agua caliente debe confiarse a un profesional. Un mantenimiento correcto, con la periodicidad suficiente, reduce el consumo de los motores (ventiladores,  bombas, compresores, etc.), y con la limpieza de los circuitos se elimina la suciedad, haciendo que estos componentes necesiten menos energía para transportar los fluidos. En el caso de instalaciones grandes, el mantenimiento está regulado mediante una reglamentación nacional, que impone mínimos que deben ser respetados y/o mejorados.

La bomba de calor es reconocida por la Unión Europea como equipos que utilizan energía procedente de fuentes renovables, ahorrando por ello energía convencional. En cuanto a la amortización del sistema, siempre va a depender de la tecnología con la que se compare y, por supuesto, del precio de las diferentes energías.

Las bombas de calor tienen una vida útil que depende de las horas de operación anuales del equipo. En una aplicación residencial, esta vida es aproximadamente de 20 a 25 años, e incluso puede llegar a más de 30 años sin ningún problema. El elemento que tiene un mayor desgaste durante su funcionamiento es el compresor, aunque su vida útil es muy larga, y es reemplazable por un Servicio Técnico Autorizado. Para lograr que el equipo tenga una larga vida y un bajo consumo es necesario un correcto dimensionamiento (evitar el sobredimensionamiento) así como acudir siempre a fabricantes de calidad contrastada.  

Sí, la bomba de calor resulta muy fácil de integrar con otras formas de energía renovable.

Evidentemente, al instalar un equipo con mayor rendimiento, se reducen los consumos de energía y las emisiones de CO2, tanto en calefacción como en refrigeración y en producción de agua caliente, por lo que la calificación energética de la vivienda mejorará.

En los últimos años se han desarrollado en España programas de ayuda para mejorar la eficiencia energética de los edificios, destacando las subvenciones o planes Renove del IDAE y de las Agencias de la Energía autonómicas para la mejora de las instalaciones de climatización. En algunos de estos programas, en los que se contemplan las bombas de calor, al tratarse de un sistema de climatización muy eficiente, hay ayudas que pueden cubrir hasta un 60% o incluso el 100% del coste de los equipos. Consulte con su instalador de confianza acerca de los programas de subvenciones.