Con el precio de la luz tan alto se ha disparado la venta de bombas de calor. Los expertos aseguran que este sistema de calefacción puede llegar a reducir en dos tercios la factura eléctrica y que son más sostenibles y eficientes.
Entre los incovenientes, que se necesita espacio y que su instalación es cara, puede llegar a los 3.000 euros.